sábado, 9 de diciembre de 2006

NUESTRA HISTORIA

Hace ya más de dos mil años que Jesucristo, el Hijo de Dios, vino a la tierra y fundó la Iglesia a través de sus Apóstoles y discípulos para salvación de la humanidad. Las iglesias que fueron fundadas por los Apóstoles pertenecen a los cinco patriarcados de: Constantinopla, Alejandría, Antioquia, Jerusalén y Roma. Todas estas iglesias estaban unidas en la fe, la liturgia y la participación de los sacramentos. Después fueron fundadas las de Sinaí, Grecia, Rumania, Yugoslavia, Rusia, Ucrania y otras. Estas iglesias, independientes en su administración, están en completa unión una con otra, excepto la de Roma, pues se separó de las otras en 1054 y desde entonces ha añadido nuevos dogmas. En materias de fe, doctrina, tradición, liturgias y servicios, estas otras iglesias son exactamente iguales. Las enseñanzas de la Iglesia se derivan de dos fuentes: las Santas Escrituras y la Santa Tradición (Juan 21:25). La fe y la doctrina de la Iglesia Ortodoxa se encuentran en las Escrituras, los decretos de los siete primeros Concilios Ecuménicos y en los escritos de los Padres de la Iglesia. Los cristianos ortodoxos adoramos a Dios en la Trinidad y honramos a los Santos, pidiendo su intercesión ante Dios (Prov.15:29 y Núms. 11:2). Entre los Santos el lugar principal es el de María pues a través de ella Dios vino a nosotros. De acuerdo con el Séptimo Concilio Ecuménico (año 787), veneramos los iconos, no por sí mismos, sino como representaciones de Cristo y los Santos, pues si Dios tomó forma física, se le puede representar físicamente.

Reconocemos Siete Sacramentos:
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El Bautismo y la Crismación son los medios de entrar en la Iglesia. En la Eucaristía participamos del verdadero Cuerpo y Sangre de Cristo, para la remisión de los pecados y la vida eterna. En la Confesión Cristo nos da, a través del confesor, el perdón de nuestros pecados. Al pecar, no solo ofendemos a Dios, sino también a la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, del cual somos miembros. Por lo tanto tenemos que pedir perdón ante un ministro de la Iglesia.


A través del sacramento de la Ordenación , la Iglesia Ortodoxa ha tenido sucesión apostólica sin interrupción desde el día de Pentecostés. Por la imposición de manos de un Obispo, la Gracia Divina desciende sobre el que es ordenado y lo capacita para ser sacerdote y repartir esta Gracia, que es participación en la vida de Dios. La Gracia Divina santifica la unión de dos seres en el Matrimonio , como Jesús bendijo la boda en Caná por su presencia y su primer milagro.
La Iglesia Ortodoxa admite que hombres casados sean ordenados presbíteros , sin imponer arbitrariamente el celibato sacerdotal. El que un hombre tenga vocación al sacerdocio no quiere decir que necesariamente Dios le dé vocación al celibato también. La Iglesia Ortodoxa admite, en ciertos casos, el divorcio y segundas nupcias. Lo ideal es que el matrimonio dure hasta la muerte, pero los cónyuges son humanos y la Iglesia, aunque condena el divorcio, comprende que somos débiles e imperfectos y no se ciega al imponer la ley. Los hijos son el fruto del amor de los padres y no se deben evitar a no ser por una razón grave. La Iglesia Ortodoxa, es madre y no tirana, por lo que deja que cada pareja tome la decisión, después de consultar con su padre espiritual. Por el sacramento de la Santa Unción son sanadas y curadas las dolencias del cuerpo y del alma.


El hombre no puede participar en la esencia de Dios pero puede participar en las “energías” o manifestaciones externas de Dios, que son parte de Dios, como los rayos del sol son parte del sol. Hay cosas que no se consideran posibles en el occidente cristiano, donde a lo más que puede aspirar el cristiano es a la "salvación" después de purgar sus faltas. La Iglesia Ortodoxa espera en sus miembros la "deificación", verdadera unión con Dios, un proceso gradual y dinámico que dura toda la vida y no sólo se decide al morir.


Estas son algunas de las características de la Iglesia Ortodoxa: Es Una porque nuestro Señor fundó una sola Iglesia. Es Santa por estar unida a su Única Cabeza, Jesucristo, y por la operación del Espíritu Santo. Es Católica porque no conoce límite de lugar ó tiempo. Es Apostólica porque fue fundada por los Apóstoles y mantiene sin cambio sus enseñanzas, escritas y orales. Y es Ortodoxa porque cree y enseña lo correcto. Esta es la Iglesia Ortodoxa, fiel a su Fundador y transmitiendo su mensaje al mundo durante veinte siglos sin añadir ni quitar.